El cuidado de niños menores de la edad escolar (tanto en guarderías como educación preescolar) es una necesidad social importante, a la que tradicionalmente se la da una importancia menor. Se ha tendido a asumir que la educación a estos niveles es menos importante, y a descontar el enorme efecto social benéfico que tendría el aumentar la cobertura de estos servicios, y darlos con mayor calidad.
Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) la cobertura total para niños de entre 3 y 5 años es de un 34.6%. Es decir, solo uno de cada 3 niños de estas edades está recibiendo una educación estructurada. Según datos de la secretaria de educación, para una población meta de 579,000 niños, en el 2016 había únicamente 202,000 plazas públicas y 32,000 no gubernamentales. (la discrepancia es explicada por la deserción- alta en este sector, y forma de medición de cohortes). Para los más bebes, la cobertura publica es casi inexistente, y la prestación particular carece de estructuración y control de calidad.
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