Homologación en educación superior

Jose S. Azcona Bocock

Para poder tener un sistema unificado de educación superior es necesario que haya facilidad en la migración u acumulación entre carreras y universidades. Por diferentes factores de inclinación, geografía, o situación económica, las personas necesitan hacer estos cambios. Las dificultades y penalidades que existen para hacer estos cambios pueden resultar en ineficiencia en asignar recursos educativos, deserción, mayor gasto e inversión de tiempo de parte del estudiante, y perdida social general.

El problema tiene dos elementos. Uno se refiere a acreditar clases de una carrera a otra dentro del mismo sistema. Generalmente este se da cuando son clases de distintas facultades. En muchos casos, clases que son equivalentes no son acreditables de forma automática. Para diferentes materias, vemos que el árbol de especialización se bifurca bastante temprano, resultando en múltiples clases en distintas facultades que pudiesen ser dadas de forma general.

La solución es mantener la mayor cantidad de clases posible dadas de forma general. El criterio es que cualquier clase que es requerida por más de una facultad puede ser dada de forma general, o ser válida para todas las que la requiera. Esto logra más fácilmente el camino hacia múltiples carreras, y evita la duplicidad de esfuerzo. En algunos casos será necesario trabajar en homologar una materia, pero los beneficios de estandarizarla serán muy superiores a cualquier incomodidad pasajera.

Entre sistemas universitarios, se dan los mismos problemas solo que de forma agravada. Al no haber estandarización de la forma de dar clases (que es algo poco realista), es necesario que sea fácil la acreditación de materias similares cursadas. Debe haber un sistema abierto y transparente, de fácil acceso al estudiante, que les permita saber qué tipo de crédito pueden recibir por trabajo cursado en otro sistema. Mas importante, se deben crear mecanismos sencillos, en línea, que permitan hacer las validaciones necesarias.

Algunas facultades, o sistemas, tienen recelo de otros. Esto puede ser por razones económicas (en un sistema privado, las clases generales son lo más rentable porque se logra industrializar la enseñanza). En este caso, el interés inmediato de los sistemas privados (que el alumno curse toda su carrera en ellos), y el público (desincentivar que personas que se van al sistema privado de tomar clases) coinciden. Estos intereses deben ser equilibrados con el interés de la sociedad de tener eficiencia en la educación, y de los estudiantes de no perder su tiempo y recursos.

Este problema se da también entre ramas del sector público.  La Universidad pedagógica Nacional (UPN), por su desarrollo paralelo a la Universidad Nacional (UNAH), ha creado sus propias carreras y componentes especiales dirigidos a la formación docente.  Sin embargo, hay trabas (más allá de lo requerido) para migrar (clases o títulos) de un sistema a otro. Ambos sistemas deben trabajar en compartir mejor los recursos, reconocerse créditos académicos, y hacer fácil terminar una carrera.  Por ejemplo, si un profesional universitario quiere adquirir un título superior de docencia, su programa en la UPN debiese ser mucho más abreviado que el de el poseedor de un título de educación media (igual en el caso converso).

El consejo Superior Universitario ha tenido algunos avances en estas áreas.  Sin embargo, como el mismo representa instituciones de educación superior, como hemos visto anteriormente su interés puede no coincidir exactamente con el de la sociedad en general. Por tanto, es necesario un interés y participación pública (especialmente de los estudiantes) en proponer y acompañar soluciones para construir un sistema de educación superior más eficiente y con mejores soluciones para todos.