Oportunidades con Panamá
Jose S. Azcona Bocock
En nuestra región, no existe historia de crecimiento económico más espectacular que la de la República de Panamá. Es una demostración clara de las ventajas de la geografía en la construcción de una sociedad moderna y pujante en un espacio cultural similar al nuestro.
Desde tiempos de la colonia se había definido como el punto de paso del Pacífico al Atlántico. El estrecho de Darién es mucho más corto y sube a menor altura que los demás pasos posibles entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico. Todos los tesoros del Perú lo cruzaban para poder ser embarcados rumbo a España. Se exploraron Honduras, Nicaragua y el istmo de Tehuantepec en México en búsqueda de otra ruta sin resultado. El Ferrocarril de Panamá se logró concluir en 1855 y el canal estaba operativo en el año de 1914 (con expansión en el siglo XXI), bloqueando con cada hito a sus posibles competidores.
Panamá se constituye una República independiente bajo tutela de Estados Unidos en 1903. Luego, fue desarrollando sus propias capacidades y aprovechando su situación para convertirse en un centro no solo del tráfico marítimo, sino también financiero, comercial y de transporte para toda la región. No hay que restarle mérito, ya que si se compara con el otro canal artificial principal del mundo (el de Suez), Panamá ha logrado mucho más crecimiento. Se espera que este éxito continúe a medida que se afianza su liderazgo financiero y logístico y que sus instituciones continúen madurando.
Nosotros podemos ser parte de este éxito. Los polos económicos, al ir prosperando, requieren de más productos y servicios, y sus costos se encarecen. En el caso de Panamá, las limitaciones de espacio y protección laboral a su población limitan la migración, y se prevé un crecimiento anual superior al 5% durante el futuro inmediato. Esto hace que los salarios se vuelvan bastante elevados, con una tendencia a seguir creciendo. El ingreso mensual promedio es de casi L. 30,000, con un nivel de beneficios superior al nuestro cubierto por el empleador.
En caso de las actividades industriales o extractivas y de los servicios personales, se requiere la totalidad de la fuerza laboral presencial. Sin embargo, la mayor parte de las áreas crecientes de la economía panameña son las finanzas, comunicaciones y otros servicios que se pueden brindar remotamente. Por tanto, se prestan para hacer la actividad laboral desde el exterior.
Las ventajas del lenguaje, proximidad geográfica, densidad poblacional y menores costos laborales hacen atractivo que les brindemos estos servicios. Enfocarnos en esto es complementario, y con una solidez bastante atractiva, al desarrollo de la venta de servicios remotos. La mayor parte de estos son brindados a través de intermediarios, o solo somos el eslabón final de una cadena controlada desde el exterior.
En el caso de Panamá, al ser más cercano y a una escala más pequeña, se presta más para entablar una relación bilateral entre nuestras empresas proveedoras y su clientela. Al vender los servicios de ser una “oficina trasera” remota de forma exclusiva, hay más estabilidad para ir desarrollando las capacidades y experiencia requerida para crecer en este negocio, ya que el mismo irá evolucionando.
El estado puede ayudar quitando trabas y haciendo más fácil el libre tráfico de mercaderías y personas. Los organismos profesionales y gremiales pueden participar construyendo relaciones para permitir un mayor acceso y conocimiento. Y principalmente, las empresas (y prestadores de servicios independientes) pueden ir preparándose para tomar ventaja de la oportunidad e ir construyendo relaciones con sus posibles contrapartes.
Esto no excluye otras formas de tomar ventaja de este mercado. Podemos brindar otros tipos de productos y servicios que, por las mismas razones expuestas anteriormente, son más caros producidos localmente. Tomar ventaja de estas oportunidades está a nuestro alcance.