Nuestro parque vehicular en el Distrito Central continúa creciendo más de un 4% anualmente. La tasa de motorización (porcentaje de la población adulta con acceso a un vehículo) se encuentra alrededor del 40%, mientras en países más avanzados con condiciones similares se llega a un 80%. Por tanto, podemos esperar una duplicación (y más) del tráfico. El desafío de la capacidad vial de las ciudades es que la cantidad de calles crece únicamente por la expansión geográfica, pero la mayoría de este tráfico converge hacia las zonas centrales. Por tanto, se requiere aumentar la capacidad de las vías existentes.
Expandir las calles y avenidas urbanas se puede lograr al ampliarlas (más y mejores carriles), mejorar las intersecciones y crear alternas. Las intersecciones se mejoran con semáforos, rotondas y puentes, obras necesarias pero limitadas y caras. Las vías alternas nuevas, como los alivios en las cuencas de los ríos, solo se pueden lograr en condiciones muy específicas. La ampliación puede tomar la forma de expropiar o comprar propiedad privada o utilizar los derechos de vía ya consignados. Creemos que el aprovechamiento de estos derechos de vía debe ser la prioridad en la política de desarrollo vial.
Leer más