Efectos del salto tecnológico en nuestro país
Jose S. Azcona Bocock
En las sociedades avanzadas, los cambios tecnológicos se desarrollan e implementan gradualmente tal como se van generando. La población, empresas e instituciones participan en su desarrollo e implementación. Esto permite dos cosas: familiaridad y control.
La familiaridad es producto de conocer los principios, el origen y el historial de lo que se está implementando. Son sus propios miembros quienes investigan, inventan, implementan y dirigen las diferentes fases del proceso. Este va acompañado de un amplio conocimiento diseminado entre la gente sobre la teoría, los avances y los desafíos o beneficios del proceso. Los resultados luego enriquecen y se vuelven parte de la masa de conocimiento.
El control es un concepto que opera de forma similar, pero es más sigiloso en su operación. Estas sociedades pueden participar activamente en regular y definir las prioridades del cambio. Sus miembros son quienes poseen la propiedad intelectual, construyendo las empresas que desarrollan y dan los servicios. Esto asegura que los beneficios lleguen no solo a los consumidores como tales, sino también al resto de la economía.
En una implementación tecnológica completa se fortalece la investigación académica, el sector industrial, las corporaciones, la capacidad de dar servicios y la acumulación de riqueza. Esto es resultado de los beneficios propios y el producto de vender el beneficio a otras economías.
En casos de sociedades como las nuestras (pequeñas y subdesarrolladas) se dan los fenómenos opuestos: la sorpresa, la inseguridad y la dependencia. A lo largo de nuestra historia, diferentes cambios en la forma de cómo hacer las cosas producto de los avances en el mundo nos han sorprendido. La falta de conocimiento y previsión (a nivel estado, empresa, individual, todo es complementario) nos han dejado a la deriva frente a los acontecimientos.
Esto nos pone en una situación de debilidad y hace que la innovación y el cambio sean guiados desde el exterior. Empresas extranjeras desarrollan los negocios dejando a las nuestras en una función accesoria y satelital. Técnicos extranjeros implementan los nuevos procesos utilizando nuestro personal, que realizan las funciones de apoyo o de mano de obra. Se da muy parcialmente la transferencia de capacidades para poder continuar nuestro propio crecimiento.
No estamos condenados a ser víctimas. Los mismos saltos de la tecnología, ciencia y comunicación que han enriquecido a otros, los podemos adoptar y más bien convertirlos en fuente de oportunidad. Existen elementos que va teniendo el campo tecnológico que van aumentando nuestras ventajas comparativas.
El primer elemento es el efecto nivelador de los saltos. El desarrollo de las telecomunicaciones (de telefonía fija a celular) es un ejemplo claro. La implementación de un sistema de telecomunicación celular no depende de la inversión que se había hecho en telefonía fija a un nivel de desarrollo óptimo en la misma. Más bien, la inversión y la capacidad de la telefonía fija y los intereses creados en esta pudo ser una fuente de retraso en avances de la tecnología nueva. Costa Rica fue el país que tuvo más dificultad en avanzar en la comunicación celular en Centroamérica, producto de la resistencia y la cobertura de mercado que ya tenía la telefonía fija. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde el servicio de la telefonía celular en muchos casos estaba atrás del que se podría brindar en Honduras por la misma razón. No es este un consuelo por no haber adoptado una tecnología anterior, pero puede representar una oportunidad.
El segundo componente es el tema de la nivelación de oportunidades producto de la globalización. Esta, en una fase anterior, abría los mercados y daba un premio sustancial a las economías de escala o desarrollo previo. Nuestra desindustrialización interna y pérdida de capacidades de producción alimentaria para nuestro consumo, acompañada de un giro a producción de exportación, son parte de este fenómeno. Ahora, la informática está haciendo que converja el mercado laboral al permitir cada vez más actividades remotas. Esto remueve las barreras a participar en condiciones de igualdad para brindar una enorme cantidad de servicios desde aquí a todo el mundo.
Una última oportunidad es la de construir las operaciones adaptadas a las realidades futuras, tanto para cubrir el mercado local como para salir. Podemos unirnos a Amazon, Uber, Airbnb, y otras muchas plataformas como consumidores. La marcha de los acontecimientos lo impondrá sin una acción específica de nuestra parte. Conviene adoptar la tecnología con toda la celeridad y eficiencia del caso, pero más todavía desarrollar nuestras propias capacidades para defender nuestro mercado y conquistar nuevos.