Existe una gran suspicacia que limita permitir la participación privada en el manejo de áreas que han competido al Estado o que están por desarrollarse. Si bien es cierto que hemos tenido algunas malas experiencias en lo que ha sido la privatización o concesionamiento de servicios públicos, recursos naturales, u otros, debemos buscar mas soluciones y no pretender que no podemos avanzar por esta vía.
En primer lugar debemos de recordar que las empresas que constituyen con un fin de lucro. Es decir dependerá de nosotros como sociedad y como Estado crear las salvaguardas para que las mismas no abusen del pueblo. No podemos confiar ni esperar una generosidad natural que el capital no tiene, ya que “No es de la benevolencia del carnicero, o el panadero que esperamos nuestra cena, sino de su preocupación por su propio interés.” (Adán Smith, La Riqueza de las Naciones)
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