Sigue el bajo nivel de confianza en la constitución del Poder Judicial. Ningún sistema de elección ha dado los resultados enunciados como objetivo porque el gobierno siempre nombra su propia corte. Todos los sistemas que se han creado para despolitizar (en la realidad o como una ilusión) han sido fallidos, y más bien han resultado en una disminución del perfil profesional y de ascendente propio de las personas que se nombran. La ventana de discutir esto se vuelve a abrir con el año político, brevemente, por lo que es el mejor momento para estudiar el problema y resolverlo.
Porque, como decía Talleyrand refiriéndose al lenguaje, su objetivo era "encubrir el pensamiento". Tratar de dar un semblante apolítico e institucional a un proceso que no lo es, resulta en perdida de los verdaderos filtros de calidad. El más importante que había anteriormente era el alto perfil de los posibles magistrados, y se ha sustituido por algo errático y manipulable. Por tanto, se reduce el abanico de candidaturas (y se aumentan las cortinas de humo) sin un beneficio para la sociedad.
Leer más