La educación no es un producto material. No tiene peso, volumen, color, o forma. Por tanto, es un producto en el cual la evaluación y los resultados de la inversión se hacen difíciles de medir. La sociedad hondureña no puede darse el lujo de que esto así sea.
La visión tradicional de la evaluación educativa ha sido de crear o verificar programas de estudio. Generalmente estos se elaboran de forma adecuada, pero resulta que por dificultades materiales, falta de formación de los maestros, y falta de control superior estos no se cumplen. Sería difícil definir un esquema para asegurar el cumplimiento real de cada hora clase, mas allá de dar los elementos materiales y por tanto, es necesario encontrar la forma de estandarizar la evaluación del producto, que es la educación de los jóvenes.
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