La única forma de poder alcanzar un crecimiento económico sostenible es a través de una mayor inversión privada, tanto interna como externa. Durante toda nuestra historia republicana hemos concebido y ejecutado medidas o incentivos para promover la inversión en determinados rubros. Generalmente, los beneficios que se estudian u ofrecen son de tipo fiscal o crediticios. En algunos casos estos han brindado un beneficio puntual, que no se hubiese obtenido de otra forma. Sin embargo, el crecimiento económico sostenible está basado en la competitividad de toda la economía en su conjunto.
Todos los incentivos fiscales o crediticios que se dan deben ser pagados por alguien más. Cada lempira que se deja de percibir en impuestos por un contribuyente lo deberá pagar otro, o el estado lo quedará debiendo. El efecto de pérdida no es neutral, ya que hay que agregarle los costos de operación y acceso a regímenes especiales, la alta barrera de entrada creada por la burocracia y el favoritismo, y el simple dolo al que invita el trato diferenciado.
Leer más