La principal tarea, y más elemental, de quienes manejan el estado es evitar los errores prevenibles. Las tentaciones que nacen de la discrecionalidad y espacio de arbitrio. Una de la las más sencillas de resolver, con beneficios incalculables, es el de hacer la totalidad de la inversión de los fondos de previsión (y otras reservas de fondos públicos) en deuda pública.
Se ha publicitado que un Instituto de previsión público ha invertido una suma millonario en un proyecto privado (aunque sea una concesión publica), porque el retorno que recibe actualmente es de menos de 2% anual, y lo podría cuadruplicar (asumimos alrededor del 8%). Esto nos da varias alertas sobre la situación actual.
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