Agua para todos
Jose S. Azcona Bocock
La dotación de agua para la ciudad capital no ha aumentado desde la construcción de la Represa La Concepción en los años 80s. Esto resulta en una dotación de agua por persona cada vez menor, lo cual es un problema que debemos de atacar. Sin embargo, existe otro problema mas serio que el de dotar de más agua a quienes son parte de la red del SANAA, y este es brindar agua a un precio razonable a quienes no la tiene.
Generalmente, las tarifas que pagan los abonados de un servicio deben de resultar al sumarse en suficientes recursos para mantener el sistema, hacer las expansiones en la red requeridas, amortizar deudas de la construcción del sistema. Sin embargo, si consideramos que el Estado ha estado subsidiando directa e indirectamente la dotación de agua en la ciudad lo justo sería que quienes son parte del sistema financien llevárselo a quienes no son parte del mismo.
La falta de acceso al agua para unos tiene consecuencias negativas para la salud y las condiciones de vida de todos. La falta de agua se traduce en falta de higiene personal, de los alimentos, proliferación de enfermedades contagiosas. Todo esto resulta una mayor carga par ala sociedad, que pierde productividad, debe de gastar más en atención de la salud pública, pierde recursos valiosos en el transporte de agua en cisternas.
El costo de agua en una colonia pobre sin acueducto puede llegar a ser hasta 50 veces mayor por volumen que en una llave. Si se le suman las pérdidas de tiempo y esfuerzo en acarreo almacenaje y distribución vemos que hay una situación de desigualdad grosera entre el sacrificio que tienen que hacer los que menos tienen y la cómoda situación de los demás habitantes.
Por tanto, es necesario definir la dotación de agua a todos los habitantes de esta ciudad como una obligación solidaria de todos los abonados de agua del área urbana del Distrito Central. Debemos de acelerar el proceso de dotación a las áreas geográficas que no ha llegado a asegurar la conexión de quienes de han quedado rezagados. Esto no implica que los nuevos abonados están eximidos de pagar lo mismo que los demás ciudadanos por su agua, pero definitivamente que es sumamente injusto que estén pagando tan onerosas cantidades actualmente.
Eventualmente, debemos legar una vez que la dotación de agua esté completa a darle el mismo tratamiento a los sistemas de saneamiento. Al igual que la falta de agua, la falta de estos sistemas resulta en una mala calidad de vida para los afectados y el resto de la ciudadanía. Los costos de estos sistemas son muy superiores y por tanto no se podría hacer de inmediato como los sistemas de acueductos.
Llegó el momento de reconocer el derecho a tener una llave de agua en cada vivienda como un derecho básico de cada ciudadano en el Distrito Central. No debemos dejar que los embrollos legislativos, y las demás complicaciones derivadas de mantener, descentralizar, concesionar o modificar de cualquier forma el marco de este sistema nos limite de darle a cada capitalino lo que merece. Necesitamos agua para todos.
(2005)