Apuesta a los servicios remotos

Jose S. Azcona Bocock

Como complemento de la actividad industrial en la que estamos adquiriendo una ventaja potencial, está el proveer servicios remotos a las empresas. Esto abarca tanto los modelos ya conocidos de “Call Centers” y los más generales conocidos como “Business Process Outsourcing”, incluyendo además una gama creciente de servicios tanto individuales como corporativos. El rubro sigue creciendo con la mejora en las telecomunicaciones, digitalización y otros avances relacionados.

Este rubro permite vender servicios de forma individual, por ejemplo, utilizando plataformas colectivas como Upwork o Fiverr. Se ofrecen los servicios por tarea o tiempo a un costo fijado por el individuo. Tanto el proveedor como el cliente tienen una calificación, reportes, e historial que hacen transparente la contratación. La plataforma maneja el pago cobrando una comisión, por lo que no hay riesgos de incumplimiento. Estas plataformas han permitido el desarrollo de venta de servicios más masivamente, lo que ha resultado en empresas o cooperativas que se han ido desarrollando a medida crece el mercado y la reputación del proveedor.

Un aspecto importante para el desarrollo del sector son las empresas transnacionales que venden el servicio de forma directa y operan en el país. Adicionalmente, las empresas locales existentes o nuevas pueden entrar de forma directa a atender este mercado, ya sea accediendo a través de plataformas más complejas o de intermediarios de servicio. Interesante es la opción de venderle servicios a polos de desarrollo cercanos, con altos costos, como Panamá (que tiene un déficit de capacidades en diferentes áreas y a su vez un mercado laboral restrictivo; condición ideal para este sector). Las capacidades necesarias no son mayores de las requeridas para atender la demanda local.

Una ventaja interesante de este rubro es que se compite en condiciones de igualdad con personas en todas partes del mundo. Con un acceso razonable a la red electrónica, el trabajo se puede hacer desde cualquier parte. Esto magnifica la ventaja comparativa que podemos tener, tanto por los costos más bajos (compitiendo contra personas de países más desarrollados), como las ventajas educativas (conocimiento de inglés) o culturales que tenemos respecto a nuestros competidores en el otro hemisferio.

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Para lograr potenciar este desarrollo de una mejor manera, hay una serie de acciones que podemos tomar. La más importante es identificar la oportunidad. En teoría, cada persona puede ser vendedora independiente de sus propios servicios remotos, y nuestras empresas también pueden tercerizar el servicio de forma directa. Preparándonos en el área de las telecomunicaciones y familiarizándonos con las peculiaridades del trabajo digital, podemos aprovechar la coyuntura.

El sector educativo tiene mucho que contribuir a esto, especialmente a nivel universitario. Hay que seguir apoyando el estudio de idiomas y el conocimiento de informática, logrando cada vez más una mayor excelencia en ambas áreas. Además, es importante el exponer a sus estudiantes a las oportunidades de ser actores en el ámbito, en vez de esperarlas pasivamente.

Es necesario que el sector público apoye al sector al reducirle trabas. Este sector no requiere programas ni beneficios especiales, sino solo el no perjudicarlo.   Para los individuos, no debiese existir ningún tipo de restricción de trámites o permisos para poder operar, ya que la facturación es internacional. Esto exceptúa el tema tributario, que no se puede obviar para evitar la defraudación fiscal, el cual se puede hacer de forma expedita y abreviada con una retención fija similar a la de los intereses bancarios, deducible de una declaración de renta. Para las empresas, una conexión internacional de telecomunicaciones no debe requerir licencias o permisos; cualquier sociedad mercantil debe tener libre acceso a la red.

Los proveedores locales que deben brindar apoyo al desarrollo del sector tienen un papel importante. Las empresas que proveen servicios de comunicaciones, bancarios, inmobiliarios y otros, deben ir preparando productos para atender tanto a las personas individuales como empresas que se dediquen a esto. Por ejemplo, bancarizar los beneficios futuros de contratos, preparar más espacios de oficinas con servicios compartidos, planes de telecomunicaciones adaptables y otros.

La globalización tiene muchos aspectos. Algunos son perjudiciales, pero muchos son benéficos. Tenemos la posibilidad de aprovechar de mejor manera esta oportunidad si tomamos conciencia de ella e implementamos lo necesario para acuerparla.

Versión Completa del publicado en Diario La Prensa 12 y 19 de octubre 2020