La deuda migratoria
Jose S. Azcona Bocock
Estamos ante la posibilidad de una reforma mayúscula en el sistema de permanencia, empleo y acceso a derechos de nuestros ciudadanos en Estados Unidos. La existencia de más de 8 millones de trabajadores indocumentados de todo el mundo en ese país, que son motor de su economía, no puede continuar siendo ignorada.
Para Honduras esto representa una oportunidad para evaluar nuestra política con respecto a nuestros conciudadanos que han abandonado el país en busca de un mejor futuro. Aunque las terribles condiciones económicas y falta de oportunidades en Honduras obligan a nuestros conciudadanos a emigrar, debemos garantizar una mejor calidad de vida para ellos y sus familias y darles todos los incentivos para que se sigan considerando Hondureños.
El vínculo económico se diluye al no haber los mecanismos financieros, justos y adecuados para que estas personas puedan enviar fondos a Honduras. Si una persona no puede invertir o enviar su dinero a Honduras de forma expedita, barata, y flexible, lo hará en la localidad donde se encuentre. Es necesario mejorar el sistema de remisiones, por las cuales se pagan altas comisiones que deben ser reducidas por la competencia y la tecnología, también la posibilidad de tener cuentas bancarias, pagar préstamos en la banca hondureña, crear sistema de adquisición de viviendas y otros servicios financieros adicionales. Algunos bancos vemos que hacen el esfuerzo, pero es urgente que se actualicen las normas crediticias para permitir estos sistemas de inversión.
Es necesario fortalecer nuestro servicio consular, posiblemente en conjunción con los demás países de Centro América, para cumplir con la función primaria de brindar auxilio, información y sentido de identidad. Un sistema de registro, con la posibilidad de realizar trámites administrativos estatales, sería de gran ayuda para mantener estos vínculos. Las organizaciones comunitarias de hondureños deben de ser promovidas y tener una vinculación permanente, aunque informal, con esta red consular.
Posiblemente esta reforma migratoria dará la posibilidad de viajar libremente, a las personas incluidas en el programa y sus familias, entre Estados Unidos y Honduras. Por tanto los servicios de transporte tendrían un incremento de demanda, lo cual podría ser un excelente incentivo para empresas nacionales para invertir en este sector y para lograr una reducción en los altos costos de este transporte.
La sociedad hondureña tiene una deuda enorme con algunos de sus hijos más emprendedores, trabajadores y dedicados que obligamos a irse por falta de oportunidades. Sin embargo, aunque esta deuda nunca la podremos pagar en pleno, tenemos el deber de intentar por todos los medios de mitigar sus efectos. En la medida que lo hagamos estaremos contribuyendo a nuestro propio desarrollo económico, identidad nacional, y la construcción de una mejor patria para todos.
(2004, LT)