Las matematicas militares
Jose S. Azcona Bocock
Hemos esperado desde hace años problemas ligados con extensiones de períodos de servicio para algunos oficiales de las Fuerzas Armadas en puestos claves. Este tema, como muchos más en Honduras, se han politizado y se ha querido ver como una situación de pugnas generaciones de posiciones u otros de tipo personas o facción. Este, además, es un problema matemático. . Es por esto que las posibles reformas o ratificación de las edades de retiro de los oficiales de las Fuerzas Armadas, debe hacer en base a los números.
El problema es el siguiente: Existe una promoción anual de oficiales que se integran a las Fuerzas Armadas. Se ha acostumbrado que las promociones pasen con posiciones de mando por períodos de 3 o más años. Originalmente, la antigüedad normal para llegar a Coronel efectivo eran 15 años, y estos plazos se fueron extendiendo hasta 25 años precisamente para permitir que continuara esta práctica de dar un tiempo mas prolongado a cada grupo en los mandos superiores. Sin embargo, ya no hay para donde extender esta lentitud en el ascenso porque ya estamos llegando al límite de los 30 años de servicio.
Por tanto, hay dos acciones que se pueden tomar institucionalmente: La primera es ampliar los tiempos de servicio con la consiguiente margen que daría por unos años para continuar con el mismo esquema. A la larga aunque se ampliase a 40 años siempre tendríamos el mismo problema, ya que la falla institucional no esta en el tiempo de servicio de retiro.
El único mecanismo correctivo será de eliminar el concepto de la promoción en el nivel jerárquico superior. Esto significa que se debe aceptar que si un jefe de Estado Mayor Conjunto dura 3 años (u otro período fijado legalmente) el siguiente tendría que ser de una promoción 3 abajo aunque queden dos intermedias sin nunca llegar a tener una persona en la cima de la jerarquía.
Esto es contrario a la tradición militar, pero desgraciadamente los números obligan a que así sea. No existe ninguna otra alternativa a largo plazo, y aún el paliativo a mediano plazo de elevar los tiempos de servicio solo resultará en ascensos más lentos y una desmoralización generalizada en la institución. Por tanto, debe de quedar estipulada de forma inamovible el tiempo de servicio, ya sea en lo actual o aumentado hasta 35 años, de forma permanente en el entendido que habrán promociones que nunca tendrán la dirección máxima de la institución armada. Esto sería un avance más en la profesionalización y ordenamiento de nuestro régimen militar.
(2005)