Los cuatro pilares de la seguridad publica

Jose S. Azcona Bocock

El arma  principal de la sociedad contra la violencia es la Ley.  No únicamente como determinante de las relaciones de respeto que la ciudadanía debe tener entre sí, además como un sistema que inspire temor  a quienes pretendan transgredirla.  Para que este respeto sea efectivo, es necesario que sistema lo inspire en todos sus componentes, ya que las deficiencias estructurales en alguno de ellos limita la eficiencia del conjunto.

La principal debilidad del enfoque tradicional en política de seguridad publica ha sido la concentración en algunos aspectos, generalmente los más  visibles, o los que la opinión  publica demanda a corto plazo.  Son tradicionales el despliegue de efectivos de las Fuerzas Armadas en apoyo a los órganos de seguridad  publica, y los anuncios de desarmes generales.  Estas medidas pueden ser disuasorias  (a un costo altísimo y con  un efecto transitorio) sin atacar la naturaleza del problema.  Aun medidas más sustanciales como el incremento de efectivos policiales y creación de unidades especializadas solo tienen un efecto limitado.

La posibilidad de hacer el sistema más eficiente puede radicar en enfocar cada uno de los elementos del sistema.  Existen cuatro elementos básicos en el sistema de seguridad publica,  para cada uno de los cuales debe existir una propuesta de reforma integrada dentro de un esquema general:

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1)  Seguridad Preventiva:

Mejorar la seguridad preventiva no consiste únicamente en incrementar el numero de agentes policiales.  Los equipos de comunicación, sistemas de movilidad, análisis de los patrones del delito, trabajo con la comunidad, etc. tienen una importancia muy grande.  Esta es el área que requiere y recibe los mayores recursos, pero la efectividad en  la cobertura de la misma  puede variar en mucho con el mismo costo.

2) Investigación:

Una vez cometido el delito es necesario poder determinar  los  presuntos responsables con celeridad.  La construcción de un verdadero sistema de investigación es un problema técnico complejo, pero cuyos costos son muy inferiores a los relacionados con la seguridad preventiva para lograr un efecto coercitivo equivalente.

3)  Asignación de Sanciones:

El sistema judicial debe poder procesar a los acusados y dictar justicia con la mayor prontitud posible.  Es necesario la aplicación de  los  nuevos instrumentos legales, el diseño de medidas adicionales, y la profesionalización del Sistema Judicial.  En este elemento la inversión tiene  una  menor importancia relativa frente a la voluntad política de la sociedad.

4) Castigo y Rehabilitación:

La persona condenada debe cumplir su pena de conformidad con la naturaleza de su falta.  El sistema penitenciario debe de tener escalas de severidad de conformidad con el interés relativo de la sociedad en el castigo o rehabilitación del condenado.

Cada área es importante.  Sin embargo, la debilidad enorme en  (2), (3), y (4) hace que los efectos de cualquier inversión  adicional en (1) sean mínimos.   Por consiguiente, es necesario redirigir esfuerzos hacia estos elementos.

Como consideración  final,  debe haber una consideración permanente por  las salvaguardas constitucionales a los derechos civiles.    Una sociedad civilizada no combate la  ilegalidad con la ilegalidad.   Cualquier avance en materia  de seguridad publica debe de ir ligado al más  profundo respeto a los ciudadanos y nuestra voluntad común de construir una sociedad más justa, abierta, y  democrática.

(2003, LT)