Un partido liberal para el siglo xxi

Jose S. Azcona Bocock

Estamos en un  periodo de reflexión en el Partido Liberal de Honduras.  Una derrota  electoral ha puesto de manifiesto ante la opinión publica nacional lo que quienes militamos  activamente sabíamos con anticipación: El Partido ha estado viviendo del pasado,  con un  grado de tolerancia moral excesivo, y con insuficiente enfoque y  capacidad de respuesta ante los problemas nacionales. 

Es posible puntualizar los muchos defectos de los demás partidos, incluyendo el que esta en el poder y decir que están  en peores  condiciones que el nuestro. Estos defectos ajenos, aunque útiles al hacer una comparación, no justifican nuestros propios desaciertos.

El Partido que Honduras y el liberalismo reclama puede tener  muchas formas,  pero debe poder cumplir con los  siguientes requerimientos: Dar un buen gobierno al país y representar  la voluntad de su electorado. En estos dos conceptos se enmarcan todas las aspiraciones y buenos deseos para la construcción  de una patria mejor.

Un buen  gobierno no  es algo inalcanzable o mítico como el santo grial, o dependiente de la suerte como la lotería. Mucha de la teoría política hondureña se basa  en  esos dos  principios: “No se puede hacer un buen  gobierno”  o “Ganemos, y luego esperemos  lo mejor.” Sin embargo, el nivel de tolerancia de  la población  hacia este tipo de enfoques va en decrecimiento, y por consiguiente el nivel de tolerancia hacia organizaciones cuyas acciones reflejen este pensamiento. Por tanto es necesario emprender la tarea  de construir el Partido  para el nuevo siglo  creyendo en un  mejor  futuro para Honduras y nuestra capacidad para hacerlo una realidad.

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El Partido Liberal del Siglo XXI debe cumplir con algunos requisitos mínimos:

1) Una Organización Democrática

La organización partidaria debe de ser progresivamente más democrática.  Los afiliados al partido tendrán una  función cada vez mayor  de  elegir sus autoridades de forma directa.  El mandato de los candidatos y las autoridades deberá ser personal, independiente de las corrientes o grupos internos que los promovieron.

2) Una Estructura Participativa

La función política del afiliado no se debe limitar al proceso de elección de autoridades o representantes  y al  apoyo de los candidatos del partido  en  procesos electorales.  La consulta debe ser permanente dentro de la organización y continua con los diferentes elementos de la sociedad.

3) Una Alta Calidad Moral

Una estructura partidaria, reforzada con una alta  calidad intelectual es inadecuada si la organización no tiene un compromiso visible y efectivo con la moralidad  Publica.  El Partido Liberal del siglo  XXI no debe de ser un escudo protector bajo el cual se ampare la corrupción.  Por esto, todas las planillas deben de ser publicadas y el partido debe estar comprometido con la critica y señalamiento personal a quienes violen la confianza del país.

4) Un Compromiso con el Futuro

El objetivo primario  de un Partido Político no debe ser llegar al poder. El poder no es mas que un instrumento para mejorar las condiciones del país y construir una  sociedad mas prospera  y justa. Es necesario priorizar buen gobierno sobre triunfo electoral.

Estos cuatro aspectos son compartidos por la mayor parte de  nuestros afiliados. Desgraciadamente, los intereses personales  o  de grupo muchas veces prevalecen sobre ellos en el proceso de toma de decisiones.  De su relevancia en  el proceso depende gran parte del futuro de nuestra democracia, y la posibilidad de alcanzar la sociedad mas justa y prospera que todos queremos. 

(2003)