Experiencias hondureñas en la acumulación inicial del capital

Todos los sistemas económicos tratan de lograr la acumulación inicial del capital si buscan desarrollar su sociedad e inician desde la pobreza. En “El capital” de Marx, y “La riqueza de las naciones” de Smith se estudia el proceso, y tienen relevancia para estudiar nuestra historia. 

El modelo económico de la colonia era mercantilista, perteneciente al feudalismo o inicios de la modernidad. La corona protegía (dentro de lo posible) las formas tradicionales de posesión de la tierra y formas de producción. Aunque no era progresista, también trataba de prevenir los abusos —o abstenerse de darles cubierta legal— de los sectores más fuertes de la sociedad. Indudablemente, en la era colonial los ladinos se apropiaron de buena parte de los valles y otras áreas fértiles, pero la naturaleza patriarcal del estado prevenía una mayor concentración.

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Comentarios sobre “El capital” de Carlos Marx

Debo decir que siempre le tuve un enorme respeto a este libro, en particular por la supuesta dificultad de leerlo y entenderle. Finalmente, logré leer “El capital”, y esta es una lectura sorprendentemente interesante y con muchas lecciones (y desaciertos), los cuales han tenido un enorme efecto en la historia humana desde su publicación.

En primer lugar, a nivel de teoría económica, este no propone ideas contrarias a una evolución esperada del pensamiento de Adam Smith y David Ricardo. Marx dedica su enorme intelecto a desarrollar una crítica sobre el sistema capitalista describiendo sus partes. Basado en esto, logra desarrollar teorías importantes sobre el valor, el empleo, la acumulación y otras que tienen validez y ayudan a entender la dinámica de la economía de mercado.

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El triple colapso de la independencia

“Alta es la noche y Morazán vigila”, escribe Pablo Neruda. Cuando estudiamos la historia de Honduras y Centroamérica en el periodo revolucionario e independentista temprano (1808-40) vemos la enormidad del proyecto en el que estaban enfrascados Francisco Morazán y José Cecilio del Valle (cada uno a su forma), y la enorme tragedia de su fracaso. Esta tragedia fue inmediata, pero sus implicaciones futuras causaron un trauma originario que nunca hemos logrado superar.

La historia muestra cómo la caída de un imperio o la disolución de un estado resulta en una penumbra sobre la vida social, económica y política de su población. La caída del imperio romano de occidente representa el clásico ejemplo histórico. En nuestro caso fue triple la caída: la unión de los reinos de España, el Virreinato de Nueva España, y luego la Unión Centroamericana (primero Capitanía General y luego federación). La heroica lucha por sostener cada nivel antes de su fragmentación y pérdida son la historia de los dos mayores próceres de la historia centroamericana: José Cecilio del Valle y Francisco Morazán. Que el uno luchara con las letras y el otro con la espada, los hace figuras complementarias en el estudio de esta gloriosa pero triste historia.

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El despojo agrario y el desarrollo

Carlos Marx explicaba, en su teoría del plusvalor, que todo el trabajo necesario más allá de la subsistencia genera un valor adicional del que alguien se apropia. En el sistema de economía de mercado este es el capitalista, pero había otras formas de hacerlo en otros modelos. Aunque esta teoría es simplista (no reconoce el efecto del riesgo, innovación, emprendimiento, etc.) sirve para entender políticas públicas en diferentes países a lo largo del tiempo. Diferentes gobiernos (de forma implícita) han reconocido la existencia de algo similar a este plusvalor y han tratado de definir modelos de desarrollo considerándolo.

Una forma ha sido crear un sistema extractivo no capitalista, como el peonaje de la reforma en México y Guatemala (este componente no era liberal, como veremos). En Guatemala, la revolución de 1871 trajo al poder a Miguel García Granados y posteriormente a Justo Rufino Barrios. Estos fueron reformadores y progresistas en algunas áreas, pero buscaron un modelo de desarrollo de la economía de explotación y dictatorial. La raíz del problema que buscaban resolver es que había una gran cantidad de población que practicaba la agricultura de subsistencia (principalmente indígena), y que no había acumulación de capital para el desarrollo económico. Como decía Marx (y ellos concurrían), esta valorización solo se podía dar a través del trabajo más allá del necesario para la subsistencia, depositado en manos particulares que lo hicieran crecer. La agricultura era el espacio en el cual una sociedad rural con poca industria podía desarrollar primero.

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