La base de la democracia

Jose S. Azcona Bocock

Ha sido imposible en Honduras descentralizar la gestión y control de proyectos, la supervisión de la educación pública y el sistema de salud, y el desarrollo de infraestructura y de un sistema de seguridad más abajo que el nivel  municipal. Si consideramos que existen municipalidades de cientos de miles de habitantes sin ningún órgano representativo comunitario a nivel inferior podemos ver la magnitud del problema.

La organización base pretendida ha sido el patronato de la colonia. Sin embargo, por la naturaleza de los mismos y el sistema legal que los rige estos no han podido crecer en atribuciones legales ni en confianza de la población. Esto ha resultado en que todas las acciones públicas en las diferentes regiones se llevan a cabo de forma unilateral de parte del ente gubernamental respectivo, y que las comunidades se sientan sin la posibilidad de hacer prevaler sus intereses en la prestación de servicios gubernamentales.

Necesitamos organizaciones comunitarias democráticas, representativas, con responsabilidades y con autoridad. El primer paso es la definición de las áreas geográficas de las mismas. Nuestras ciudades están fragmentadas en  barrios y colonias de diferentes tamaños, con sectores y sub sectores que poco corresponden con los patrones sociales, económicos de trabajo y de circulación de las personas, es necesario definir estas áreas geográficas de una forma más racional aunque esto implique fusionar, dividir o de otra forma cambiar el actual esquema de las colonias.

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El segundo paso es la representación y la democracia. Ahora se hacen elecciones por planillas sin representación proporcional muchas veces motivas o promovidas por los partidos políticos al haber juntas directivas con solo representación de un sector de la comunidad.  Esto es peor si este es político, ya que generalmente  no tiene ni representatividad ni legitimidad ante los ojos de un sector considerable de la población.  Por tanto consideramos que el sistema funcionaría mejor si los miembros de la autoridad comunitaria fuesen electos para representar sub divisiones geográficas específicas (calles, bloques, manzanas, etc..) electos de forma individual por sus vecinos de forma despolitizada.

El siguiente problema es la concentración de autoridad en mano de los presidentes, por lo que estos no deben ser electos directamente sino que ser producto de una mayoría de los representantes de sub divisiones. De esta forma se estaría eliminando el problema de la concentración de poder y autoridad en una sola persona. Esta organización comunitaria es el vehículo ideal para supervisar la calidad de las escuelas, centros de salud, protección policial y construcción de obras públicas en la comunidad ya que representa de la forma más directa posible a los usuarios de las mismas. Por tanto sería posible crear un sistema para que hubiese una comunicación directa con estas instituciones.

El objetivo de este sistema sería aumentar la eficiencia y reducir la corrupción, por tanto quienes crean  bienes comunitarios no deben de recibir ningún tipo de salario o beneficio económico directo por desempeñar estas labores. En su relación con las instituciones gubernamentales la organización comunitaria debe de ser un vehículo para expresar las inquietudes de los habitantes pero en ningún momento debe de manejar dinero, con la excepción de lo que son las obras comunales directas.

El origen y corazón de cualquier organización social, mas allá de la familia, es la comunidad local.  La cuadra, la manzana, la aldea, el sector o la colonia.  Cualquier esfuerzo por llevar las decisiones mas cerca de los ciudadanos y volvernos a todos protagonistas de las acciones que nos conciernen a todos comienza allí.  Por falta de estos mecanismos reina la desigualdad en el gasto, la corrupción y la ineficiencia en la prestación de servicios, ejecución de obras e implementación de un ordenamiento.

(2005, LT)