La universidad: ¿democratica e independiente?
Jose S. Azcona Bocock
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras es una institución que pertenece al pueblo hondureño, pero que con el pasar del tiempo se ha ido desarrollando la imagen de que es un ente, mucho mas que autónomo, automático, progresivamente mas resistente al cambio, cuyas estructuras se inmovilizan a medida que se van enraizando y que no existe ninguna forma que el país pueda influir en su rumbo, bueno o malo.
Me refiero a una percepción generalizada, la que desgraciadamente resulta en una actitud de “nuestra universidad no funciona”, “no hay nada que se pueda hacer”, “hay que barrerla de raíz” y otras similares. Dentro del las estructuras de la Universidad, concurrentemente, se ha forjado una mentalidad de fortaleza: la creencia que todos los demás agentes de la vida pública es enemigos de la misma y pretenden su destrucción.
Estas dos actitudes han contribuido a bloquear un debate nacional serio sobre lo que esperamos de nuestra UNAH. Esto hace virtualmente imposible un debate objetivo sobre la situación general de la UNAH. Sin embargo, se puede comenzar de ciertos problemas visibles para iniciar su discusión.
En primer lugar, los egresos. El presupuesto de la UNAH es una partida global y sus autoridades internas tienen la potestad absoluta de determinar su destino, y además la potestad de hacerlo confidencialmente. Si esto resulta en malversación de fondos públicos es muy difícil de determinar, y emitir juicios de ese orden sin evidencias concretas no es beneficioso, pero definitivamente el potencial esta ahí. La secretividad en el manejo de fondos genera desconfianza en quienes los administran, independientemente de sus intenciones o los resultados.
En segundo lugar, la política. La UNAH se ha politizado a un grado increíble. Esto, en teoría, podría significar que esta es una Escuela de la Democracia. Sin pretender entrar en detalles sobre las bondades de la Paridad Estudiantil, o de otros principios semejantes, haré una reflexión sobre algo que me parece incorrecto: recientemente hemos visto campañas políticas para Decanos de algunas facultades. Y la ciudadanía no lo ve anormal.
Los decanos son los encargados de la calidad académica del programa de estudios y su correcta aplicación. Sin embargo, los vimos haciendo campaña publicitaria (con su nombre de pila- que le ocurrió al trato de “Licenciado”, o “Abogado” o “Doctor” no sabemos) tratando de ganar una encuesta de popularidad. Sin menoscabo de las capacidades académicas de los aspirantes, creemos que el haber una elección entre los estudiantes para Decano y llevada con una campaña de este tipo no es conducente a un sistema académico exigente y disciplinado. ¿Podrá exigir altos estándares de rendimiento quien debe su posición a los votos de sus estudiantes, ante quienes tuvo que hacer campaña?
Una Universidad no debe de ser confundida con una Republica democrática independiente. No es independiente, porque esta orgánicamente ligada con el pueblo hondureño. Aunque debe de inculcar valores democráticos, y dar a los estudiantes poder de decisión sobre algunos elementos, tampoco debe de ser una democracia plena. El hecho de que sea un ente formativo implica que los intereses a corto plazo de sus alumnos o del cuerpo docente pueden enfrentarse con los intereses a largo plazo de la nación y de los mismos estudiantes. Una organización completamente democrática da preponderancia a los primeros, que tienen su importancia. Pero los intereses que requieren urgente atención son los segundos: El progreso de Honduras y la calidad de la formación profesional.
(2000, LT)