Proteger a quienes no se pueden proteger solos. Esta es una función del estado aceptada por todos los países civilizados, y que se manifiesta de muchas formas. Conjugada con el principio de la autoayuda nace la concepción de la seguridad social: El estado organiza a los ciudadanos para que aporten fondos a una caja común que crezca y los proteja de penuria económica en su vejez o invalidez. El Instituto Hondureño del Seguro Social (IHSS) nace en 1959, y una de sus finalidades es la de cumplir esta función gubernamental. Sin embargo, no ha tenido mucho éxito en su cometido.
Existen muchas razones para ello: mala administración, falta de apoyo, desvío de fondos hacia el sector medico del IHSS, etc. Podemos, sin embargo, reducir todas ellas a dos causas fundamentales: fallas de control y falta de fondos. Aunque no puede negarse que el IHSS ha tenido algunas administraciones ímprobas, y que se ha perpetuado una burocracia ineficiente, la base económica sobre la que se sustenta es exigua debido a que los techos de las cotizaciones son los mismos que eran en 1959. A esta fecha se pagan un total de L. 63.00/mes (L. 21.00 por empleado y L. 42.00 por patrono) por los servicios médicos y de previsión, lo cual constituye aproximadamente un 5% del salario mínimo, sin excedentes aportados por las personas de mayores ingresos.
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